“Diario de viaje” (al interior)


Luego de fracasar en todos mis intentos de convencer a los facultativos psiquiatras sobre mi salud mental, completamente sana; por cierto, he decidido darles la razón, seguir su tratamiento y sumergirme en este submundo donde como los niños, los locos dicen la verdad. Si logro convencer y hasta reclutar a mis compañeros de encierro, quizás la ciber revolución llegue a lugares insospechados.
No es una misión fácil. Algunas veces la comunicación se hace imposible con mis nuevos cumpas. Por ejemplo al Laucha, no puedo convencerlo de que no soy el Che Guevara, y cada vez que me ve me dice “pobrecito Che, mira como terminaste, TRAVESTI!”.
A Cleopatra (no se su nombre real) se me complica hablarle de computadoras, conexiones o twitteos cuando esta convencida de que vive en Egipto y que es la última reina de la dinastía Ptolemaica. Ella me llama Akenaton y en verdad no me molesta.
Al “Loco mata 7” le hablo sobre la importancia de la ciber revolución, mientras afila con la mirada fija en mi cuello, una cuchilla casera o faca como se le dice en el ambiente carcelario. Debo confesar que me pone algo nerviosa.
La viudita, ah que personaje!. Les contaría mas sobre mi estadía en el Moyano, pero parte del tratamiento de rehabilitación esta basado en talleres creativos. En este momento me están llamando para asistir al taller de pintura. No pienso perder esta oportunidad.
Así inicio un nuevo “Diario de viaje” (al interior). Los mantendré al tanto de todos las acontecimientos y no olviden visitarme.
A pesar de todo:
HASTA EL TRIUNFO ETERNAMENTE!
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