Nuestro país es un crisol de razas. Hasta el día de hoy, y por motivos varios, intentamos construir nuestra identidad.
No nos sobra nada; tampoco estamos como para correr ningún animalito… No es casual que la voz popular sugiera que “todo bicho que camina va a parar al asador”; en lógica consecuencia no tenemos animales sagrados.
De una cosa estamos seguros: es conveniente y muy necesaria una fiesta que nos haga trascender y tener de una vez por todas el reconocimiento que merecemos en el mundo. No más falsos revolucionarios; se acabo el médico que inventó el “aparatito” para el corazón. Se terminó la mentira del fútbol. Un obelisco nos es gran cosa; otras culturas también lo tienen.
Por eso, en un esfuerzo de creatividad el E.R.R.P propone “la soretina”, una fiesta popular que si le damos buena publicidad tendrá carácter internacional. Los famosos y archiconocidos “soretes argentinos” volarán a diestra y siniestra. Politicuchos y malos dirigentes camuflados con sus pares, en la fiesta y entre la gente.
El olor nauseabundo de la ciudad, esta vez no será a causa de conflictos gremiales con recolectores, sino de la famosa y divertida “soretina”. Nadie querrá perderse esta fiesta de mierda. Y por fin, estimados compañeros, podremos utilizar como nos plazca la palabra escatológica sin error semántico ni cultural.
A pesar de todo: hasta el triunfo eternamente!
